ZARAGOZA NO SE VENDE SE PLANTA Y DICE BASTA AL MODELO DE GESTIÓN DE LA ALCALDESA CON UNA MANIFESTACIÓN ESTE DOMINGO 23 DE MARZO.

La movilización, que saldrá a las 12 horas de la Glorieta Sasera, está impulsada por treinta y seis entidades que organizan y veintiocho más que se han adherido al manifiesto, exige otro modelo de ciudad no basado en el pelotazo, una participación vecinal real y una apuesta decidida por la sostenibilidad.
“Zaragoza no se vende”, surge con el objetivo de dar respuesta al modelo social y económico del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza; “un modelo que niega la participación ciudadana en beneficio de la especulación y de grupos financieros” manifiesta Ángela Ezquerro, portavoz de la Coordinadora.
Tenemos un Ayuntamiento que centra su gestión en políticas basadas en “el pelotazo” implican la descapitalización del municipio mediante la venta de suelo público para el fomento del beneficio privado, mientras se desposee a la población de los equipamientos básicos y necesarios para la vida. Clara muestra de esta apuesta política es la “Operación Romareda”, cuyo sobrecoste supera ya el 100%, pasando de los 80 millones de euros presupuestados a 169 millones, de momento. Se va dando paso y forma a un modelo de ciudad que ocasiona pérdidas millonarias que acaban pagándose desde lo público.
Otro lamentable capítulo especulativo de este ayuntamiento es el proyecto de vender por 67 millones los terrenos del Skate park y el campo de fútbol García Traid, para que se construya una urbanización de lujo de 6 edificios (uno de ellos de aproximadamente 22 plantas) que en total hacen 470 viviendas de lujo, con los que financiar el sobrecoste de la “Operación Romareda”. Una vez más, un jugoso negocio privado despoja al vecindario de Vía Hispanidad y Romareda de espacios verdes, de ocio y de deporte de base.
La sombra de la “Operación Romareda” se alarga hasta barrios del sur como Rosales del Canal, Arcosur y Montecanal, en los que llueve sobre mojado. Estos barrios jóvenes ya están cansados de ver cómo el consistorio prioriza el negocio inmobiliario sobre la calidad de vida, cada vez que vende a constructoras y promotoras las parcelas destinadas a equipamientos públicos básicos. Con estas políticas se les está condenando a ser barrios dormitorio, sin ningún servicio.
Mención aparte merece también la ampliación del Parque Pignatelli con la integración de los antiguos depósitos de agua. Esta nueva parcela debía contener: Centro de Mayores, Biblioteca, Centro Polivalente, Pabellón y Pistas Deportivas, un equipamiento básico necesario para una parte de los distritos Universidad y Centro que adolecen de graves carencias de este tipo. A día de hoy, en esta parcela solo se han construido 65 viviendas libres, cuyo precio llega hasta 750.000€ por piso. Ni rastro de las 30 viviendas de promoción municipal de alquiler asequible para jóvenes y ni rastro del equipamiento.
Harina de otro costal es cuando el equipamiento o el servicio supone un negocio privado en sí mismo. Esto sucede con el nuevo hospital privado Quirón, cuya construcción es el un aprendizaje extraído de la pandemia por nuestro gobierno municipal y autonómico. El solar para su construcción se recalificó en tiempo récord, con un coste de 3,3 millones de euros para el Ayuntamiento, el vial de acceso ha costado 2,1 millones de euros y está presupuestado un gasto de 500.000 € para su ajardinamiento. Mientras, brilla por su ausencia la mejora de los accesos y transporte al Hospital Royo Villanova, mejora reivindicada desde hace décadas por los barrios adscritos a este hospital.
“Como no podía ser de otra forma, este modelo de ciudad que se impone desde el Ayuntamiento, también supedita al negocio privado elementos clave para la salud y el bienestar de las personas como el cuidado del medio ambiente en la ciudad y su periferia. No aborda los problemas ocasionados por la contaminación del suelo, agua y aire, ni apuesta seriamente por la declaración de una amplia zona de bajas emisiones”, explica óscar Burriel, portavoz de la Coordinadora.
El Ayuntamiento está tramitando una modificación del PGOU para permitir que la multinacional Tereos instale una depuradora de residuos industriales en pleno barrio del Picarral junto a viviendas, residencias de mayores y colegios. Todo ello pasando por encima de un vecindario que lleva décadas reivindicando la reubicación de las industrias contaminantes fuera del casco urbano, para terminar con la contaminación ambiental y los fuertes ruidos que provocan en el barrio que emiten al vecindario las 24 horas de los 365 días del año.
Los problemas de contaminación de las grandes papeleras de Saica y Montañanesa continúan, sigue sin abordarse el déficit de funcionamiento de las Depuradoras de la Almozara y La Cartuja, mientras al Gobierno Municipal y a la alcaldesa Chueca se les llena la boca pregonando que Zaragoza ha sido elegida como una de las siete ciudades españolas que tienen que dar ejemplo en su compromiso con el medio ambiente y el cambio climático. Sin embargo, su práctica es contraria a sus declaraciones. Presumen del Bosque de los Zaragozanos, pero olvidan los bosques de la ciudad, las 600 hectáreas de los sotos del Ebro y las 330 de los Pinares de Venecia, que carecen año tras año de un presupuesto que permita un Plan de Gestión y Revitalización. La ausencia de un Plan Especial de la Estepa favorece todo tipo de instalaciones en la misma: vertederos, polígonos industriales, parques eólicos y fotovoltaicos y tendidos de alta tensión que destruyen el hábitat de aves en peligro de extinción y provocan la muerte de miles de ejemplares. Sigue sin existir una política municipal que garantice la protección y el bienestar animal, se siguen produciendo talas injustificadas en la ciudad, y se multiplican los eventos que provocan ruidos y contaminación lumínica en los parques, con su repercusión en la fauna asociada.
Mientras la Estrategia Municipal de Adaptación al Cambio Climático plantea que una de las mayores amenazas para esta ciudad y para la salud de su población son las altas temperaturas, el consistorio ignora la necesidad de adaptar la ciudad a las olas de calor para cuidar la salud de las personas: sigue sin planificarse una red de refugios climáticos que atienda a las personas más vulnerables, la remodelación de calles y plazas se realiza sin incorporar pavimentos más permeables y reflectantes que impidan que la ciudad se convierta en una estufa de calor. La renaturalización de los barrios, sigue siendo una asignatura pendiente.
Asimismo, se dedica un presupuesto totalmente insuficiente a la urgente necesidad de adaptar los patios de recreo a las cada vez más altas temperaturas que se dan a final de primavera e inicio de verano. Por otro lado, los fenómenos meteorológicos extremos como consecuencia del cambio climático van a ser cada vez más recurrentes, como pudimos comprobar en Zaragoza en julio de 2023 en el Barranco de la Muerte, pero las soluciones e inversiones que se están realizando por parte del Ayuntamiento para disminuir las afecciones ante nuevos episodios no garantizan la protección del Centro Escolar María Zambrano, cuya ubicación debería trasladarse, tal como reconocen el Colegio de Geólogos de Aragón y expertos de la Universidad de Zaragoza.
Continuando con el desglose de despropósitos ecológicos en la ciudad, Óscar Burriel, representante de Zaragoza no se vende, expresa el hartazgo vecinal: “consideramos inaceptable el proyecto de ampliación del Parque de Atracciones. Supondrá la tala de más de 2000 árboles y la destrucción para su privatización de 4,4 hectáreas de los Pinares de Venecia, pulmón verde de la ciudad. Estas 4,4 hectáreas de Pinar se van a destruir para cosas tan útiles como la construcción de un parque acuático o el establecimiento de zonas de espectáculos y eventos. Esta actuación también conlleva la privatización de 23.000 metros cuadrados del Pinar para aparcamiento del nuevo parque de atracciones”. Zaragoza ya tiene un parque de atracciones, mejorémoslo, pero echemos atrás la Modificación del Plan General de Ordenación Urbana, requisito imprescindible para su ampliación. Es notorio que los grandes parques de atracciones tipo Disney con pretensión de atraer turismo no son ni rentables ni sostenibles.
Esta reforma del parque de atracciones suscita varias preguntas a las entidades que integran la Coordinadora: ¿Cuánto va a costar destruir nuestro propio pinar para privatizarlo?, ¿Cuánto va a ganar la nueva adjudicataria a costa del dinero y patrimonio público?, ¿De dónde va a salir el agua y en qué cantidad para el parque acuático? ¿Cuántas hectáreas más se van a destruir con las canalizaciones de agua y los nuevos accesos? Y si al final el parque no es rentable ¿quién va a asumir las pérdidas y la deuda? ¿Será que nadie en el Gobierno Municipal sabe que la ampliación del parque de atracciones no es rentable ni sostenible? La respuesta es clara, afirman: “son perfectamente conscientes, pero este proyecto encaja en la Zaragoza espectáculo de Natalia Chueca”. “Está convirtiendo nuestra ciudad en una Zaragoza espectáculo de boato y oropel que devora a su ciudadanía, hace imposible el acceso a la vivienda, cierra los servicios de juventud, penaliza el deporte escolar y de base, excluye a la gente del espacio público, olvida el cuidado de las personas, especialmente de las mayores, y del medio ambiente, ignora la protección y el bienestar animal, margina y penaliza minorías culturales y lingüísticas con el cierre de la Oficina de l’Aragonés y despoja a la ciudad de su condición de solidaria al recortar los fondos destinados a la cooperación al desarrollo. Parece ser que ni las personas que vivimos y trabajamos en esta ciudad ni su tejido asociativo, cabemos en su Zaragoza de foto. Este es el modelo de ciudad con el que Natalia Chueca quiere “mover economías” ¿pero las economías de quiénes?
Ángela Ezquerro, de la Coordinadora lamenta: “Este es el modelo que nos impone. Y decimos impone porque la gestión municipal obvia la participación ciudadana, ignora los saberes de las muchas entidades de la ciudad que llevan años aportando propuestas positivas para impulsar una ciudad más justa que no esté al servicio de una minoría privilegiada. Tenemos un consistorio con el que los servicios básicos y esenciales están presos en contratas que gestionan grandes multinacionales, con escasa supervisión, que se lucran a costa del buen funcionamiento de esos servicios y a costa de las propias personas que en ellos trabajan”.
Desde la coordinadora insisten en su lema: OTRA CIUDAD ES POSIBLE, y sostienen que con la unidad y la solidaridad entre los vecinos de Zaragoza, se avanzará hacia un modelo de ciudad democrático y participativo que ponga en el centro a las personas y sus ecosistemas, en lugar de los beneficios especulativos y privados. “Creemos firmemente que podemos promover un modelo alternativo de ciudad y vamos a por ello”, han afirmado Ángela Ezquerro y Óscar Burriel, en representación de las casi sesenta entidades que están detrás de esta movilización social.
ESTE DOMINGO 23 DE MARZO PARA RECLAMAR UN MODELO DE CIUDAD PARTICIPATIVO, SOSTENIBLE Y QUE PRIORICE EL USO DE SUELO PÚBLICO PARA SERVICIOS EN LOS BARRIOS.
¡¡ZARAGOZA NO SE VENDE!!