Pequeña Guía de Autodefensa Laboral para Precari@s

Pequeña Guía de Autodefensa Laboral para Precari@s

1- El por qué de esta Pequeña Guía de Autodefensa Laboral.

2- Me han hecho un contrato temporal ‬¿cómo sé si es correcto?

3- Trabajo en negro, sin ningún contrato ¿puedo protestar?

4- Trabajo más horas y haciendo un trabajo diferente al que consta en mi contrato ¿lo puedo denunciar?

5- Trabajo sin papeles ¿tengo derechos laborales?

6- ¿Qué es un Convenio Colectivo? ‬¿qué se me aplica?

7- Me han despedido ¿qué puedo hacer?

8- Quiero organizarme para defenderme en el trabajo ¿qué debo hacer?

9- Conclusiones: Sólo organizados (‬también en el trabajo) podremos combatir la precariedad.

1- EL POR QUÉ DE ESTA PEQUEÑA GUÍA DE AUTODEFENSA LABORAL

Este documento se ha confeccionado con la intención de ser una herramienta útil para la organización de base y para la lucha de los trabajadores y las trabajadoras, destinado especialmente a aquellas que prestamos nuestros servicios laborales en condiciones más precarias, es decir, en realidad, a aquellas personas que actualmente constituimos la mayoría de la clase trabajadora en nuestro país. Con esta pequeña guía queremos que podáis tener a mano algunos recursos que os permitan orientaros a la hora de defender vuestros derechos y el de vuestras compañeras de trabajo.

Obviamente, estas páginas no solucionarán todos los problemas con los que tendréis que lidiar en el trabajo, pero sí que os aportarán un poco de luz en aspectos que quizás desconozcáis, y que pueden ser de utilidad a la hora de combatir las arbitrariedades de la empresa. En resumen: el objetivo es tener algunas pautas claras para no ir vendidos ante el empresario.

Muy a menudo cometemos el error de no conocer bien nuestros derechos, ni los límites donde podemos situar la raya que nuestros jefes no pueden traspasar. Ellos, en cambio, se las saben todas, hacen un uso extensivo del chantaje emocional y del maltrato psicológico cuando les conviene y, ‭ ‬ además, tienen siempre al alcance de la mano el arma definitiva: el recurso del despido o la no renovación del contrato (‬aquello de «‬si no te gusta, ya sabes donde tienes la puerta»)‬. Queremos que estas páginas os puedan servir para equilibrar esta situación, concienciandoos de que hay vías seguras para plantar cara, más de las que os podéis imaginar, y que se puede, si son bien aprovechadas, doblegar la voluntad del empresario.

Si bien es cierto que las reformas laborales que se han ido aprobando en las últimas décadas han ido configurando un marco de relaciones laborales cada vez más desregulado y con una legislación que nos ofrece cada vez menos garantías, es importante estar al loro de algunas de las armas que todavía nos ofrece la legalidad para hacer frente al poder de los patrones. Es por eso que esta guía hace énfasis, en algunos de sus apartados, en explicar elementos de carácter jurídico que es importante conocer (qué son los convenios colectivos, la Inspección de Trabajo, qué tipos de despido hay, etc). Pero no nos engañemos: más allá de las garantías, cada vez más escasas, que nos ofrece la legislación, defender nuestros derechos en el trabajo es, básicamente, una cuestión de actitud. Y en relación a este particular, se debe tener siempre en cuenta una serie de puntos:

– El trabajo forma parte de la vida: No vale disociar mentalmente el tiempo que pasamos en el trabajo del tiempo que pasamos fuera, como si una cosa y la otra no tuvieran nada que ver. Este es un mecanismo psicológico que conviene evitar.

Muy a menudo nos encontramos compañeras precarias con una gran actividad militante fuera del trabajo (por ejemplo, en movimientos sociales, asambleas de barrio, etc‭)‬, pero que tienen, en cambio, un comportamiento absolutamente sumiso dentro del trabajo, y que sólo buscan «‬no complicarse la vida» durante su jornada laboral. Debemos tener claro que el trabajo es también un campo de batalla, igual o más importante que cualquier otro, ya que tiene una influencia muy directa sobre la mayoría de los aspectos de nuestra vida cotidiana. Cambiar la sociedad en la que vivimos también implica cambiar las relaciones laborales (que determinan nuestros horarios,nuestros ingresos, nuestras posibilidades de ocio y consumo…). No podemos ser activos en el barrio, en el centro social, en el ateneo, en las luchas en la calle, y desactivarnos cuando cruzamos la puerta del centro de trabajo. Esto es una anomalía, y es contraproducente para nosotros y para las compañeras con quienes compartimos espacio en el trabajo.

– En el trabajo no vale hacerse el sueco: De hecho, esto es lo que le interesa al empresario, que todas las trabajadoras vayan a la suya y nadie se preocupe por lo que le pasa a sus compañeras. Hay que relacionarse con los compañeros, hablar con ellos (‬y no sólo de fútbol o de si el café de la máquina es bueno o malo ‭), tomar confianza.

La mayoría de las empresas tienden a crear múltiples barreras psicológicas en la mente de sus trabajadoras, barreras que hay que romper. Hay que interesarse por las condiciones de trabajo de nuestras compañeras, por el trabajo que hacen, si están a gusto o no, si tienen los mismos problemas que tú o tienen otros, si en su nómina les consta otra categoría laboral diferente a la tuya pese a hacer el mismo trabajo… Sólo tejiendo vínculos de solidaridad mutua, de comunicación horizontal entre vosotras, rompiendo las líneas de jerarquía que os impondrá la empresa, es como puede articular respuestas de carácter colectivo. Y la solución a tu problema (‬que, más a menudo de lo que piensas, será un problema compartido con mucha otra gente) pasa la inmensa mayoría de veces por eso, por dar una respuesta colectiva, no para buscarse la vida individualmente.

– Hay que mirar más allá de tu máquina o del monitor de tu ordenador: La organización del trabajo en muchas empresas nos atomiza, ‭ ‬ nos aísla y hace que tengamos una visión parcial de cómo funciona todo. Esto nos hace más débiles. Es bueno adquirir una visión global, que no se limite exclusivamente a las tareas que tienes asignadas.

Fíjate bien cómo funciona la empresa en conjunto, cuál es su estructura, los nombres de los responsables… Interésate por cómo se organiza el trabajo, el tuyo y el de tus compañeras, qué departamentos hay, qué turnos, qué líneas jerárquicas… Y, si puedes, hazte esquemas de todo, te podrían ser de gran utilidad. El conocimiento es poder, y el empresario lo sabe. Debemos tenerlo también nosotros en cuenta y evitar vivir en la inopia y en la ignorancia de todo lo que nos rodea en nuestro entorno laboral.

– El empresario no es nuestro amigo, tampoco nuestros jefes directos, ‭ ‬ aunque podamos tener «buen rollo‭» con ellos a nivel personal. Debemos tener claro que los intereses de la empresa no son nuestros, y no ser ingenuos en cuanto esta persona en particular. Quizás tu jefe sea simpático, quizás seáis del mismo equipo de fútbol, quizás os guste el mismo tipo de música. Pero no te equivoques, si te la puede meter, te la meterá. Si tiene que elegir entre su conveniencia (o la de la empresa) y tú (o la de la gente que trabaja contigo)‬, ‭ ‬ no lo dudará ni un solo momento. Y no te dejes engañar con cosas como «‬lo que es bueno para el empresa es bueno para las trabajadoras»‬, porque no es cierto. No te dejes engañar y sé pícaro, muy pícaro, porque ellos se las saben todas, y nosotros tenemos que actuar en consecuencia.

EL RESTO DE APARTADOS LO TENÉIS EN EL PDF ADJUNTO

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