Ordesa arde mientras se pretende desmantelar el operativo de incendios de Aragón
Ordesa arde mientras se pretende desmantelar el operativo de incendios de Aragón
CGT-SARGA denuncia que ni el Gobierno de Aragón, concretamente la Dirección de Gestión Forestal, ni SARGA, la empresa responsable de la mayor parte del personal de los medios de extinción, están capacitados para hacer frente a la gestión del cambio climático en materia de incendios forestales.
Explican que uno de los efectos del cambio climático es la desestacionalización de los incendios forestales, es decir, que se produzcan fuera del periodo habitual debido a cambios climáticos como son las menores precipitaciones, o las altas temperaturas y las tormentas eléctricas adelantadas respecto a otros años.
La organización afirma que el ejemplo de esto es el incendio forestal que se ha producido en el término municipal de Fanlo. Un incendio declarado el pasado domingo día 22 de mayo, a causa de un rayo tras el paso de una tormenta eléctrica. El incendio se dio por extinguido ese mismo día tras quemar 1 hectárea. Durante la semana pasada se mantuvo la vigilancia en la zona, pero el jueves día 26, el incendio se reactivó, siendo necesaria la intervención de autobombas y cuadrillas terrestres y helitransportadas de las 3 provincias, además de activar otros medios aéreos, dos hidroaviones, dependientes del Ministerio de Transición Ecológica. Los medios del operativo de extinción pertenecientes a SARGA continúan trabajando en el incendio, que ha calcinado ya más de 40 hectáreas, ya que aún no se considera extinguido.
CGT-SARGA advierte del peligro en el que se encuentra el patrimonio forestal aragonés, no sólo por este incendio, que se ubica en la zona perimetral del Parque Nacional de Ordesa, sino por la pésima gestión que se lleva a cabo desde la DGA, y de la propia empresa SARGA.
Precisamente este año, desde la Dirección General de Gestión Forestal, se plantea un cambio en el modelo del Operativo de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Aragón, un cambio que pretende solucionar ciertas situaciones de histórica precariedad en torno a dicho operativo a costa de la eliminación de 5 cuadrillas completas.
Desde CGT-SARGA afirman que evidentemente el operativo de extinción requiere de un cambio que elimine la precariedad existente, pero denuncian que nunca debería hacerse mediante el desmantelamiento del operativo con la eliminación de 35 puestos de trabajo, y con lo que esto conlleva, la reducción de elementos disponibles para actuar en caso de incendio, desprotegiendo zonas que actualmente se encuentran cubiertas y aumentando el tiempo de respuesta.
Añaden además que las negociaciones con la empresa SARGA resultan cada vez más complicadas, incluso inexistentes por la postura cerrada mantenida por parte de la dirección de la empresa. En el mes de marzo, empresa y sindicatos se reunieron para tratar el tema de las vacaciones del personal del operativo, hasta ahora impuestas por la empresa. Mientras los sindicatos propusieron cierta flexibilidad a nivel personal a la hora de disfrutarlas, que además garantizaba que todos los medios permanecieran en activo durante toda la campaña, la empresa se ciñó a su propuesta cerrada del disfrute “en bloque”, es decir, todos los miembros de cada elemento a la vez, pasando a estar inactivo ese medio. La negociación se rompió y la empresa pasó a imponer esa fórmula en el operativo.
La representación de CGT-SARGA denuncia que esta decisión ha afectado en la caótica gestión del incendio de Fanlo, ya que una gran parte de los elementos de la provincia de Huesca se encuentran desactivados en este momento por encontrarse disfrutando las vacaciones “en bloque”, por lo que han tenido que acudir otras cuadrillas de la provincia desde zonas tan alejadas como Peñalba, Monzón o Enate, descubriendo sus propias zonas que, con las
condiciones actuales de precipitación y temperaturas, se encuentran también en alerta. Incluso han tenido que actuar cuadrillas de Zaragoza y de Teruel. Desde CGT-SARGA advierten del peligro inminente en el que se encuentran tanto el territorio forestal como el ámbito rural aragonés, en manos de un Gobierno de Aragón y una empresa pública sin capacidad de gestionar estos graves problemas, e instan a ambas instituciones a abandonar la política de confiar en la suerte, que hasta ahora les ha acompañado, y comenzar a llevar a cabo una gestión seria y responsable que garantice la seguridad del monte aragonés y del personal que trabaja en él cada día. Añaden que Aragón merece un operativo profesional y estable de Bomberas y Bomberos Forestales, y que para ello son necesarios una verdadera voluntad política y un presupuesto suficiente, y no fórmulas precarias o recortes en personal, como ha sufrido históricamente este colectivo. Concluyen afirmando que los partidos del gobierno que se dicen de izquierdas deberían dar ejemplo con sus políticas y no tanto con sus discursos.