CARTA DEL COMPAÑERO DESPEDIDO EN OPEL STELLANTIS

CARTA DEL COMPAÑERO DESPEDIDO EN OPEL STELLANTIS

Hola compañer@s, mi nombre es Miguel Roldán Luna. Hasta hace poco trabajaba en la
nave de pintura, digo hasta hace poco por que el día 18 de junio de 2024 la compañía decidió
formalizar mi despido. Curiosamente, poco más de un año después de ganarles un juicio el 3
de mayo del 2023 en el que quedaron desmontadas sus falsas acusaciones y la connivencia
de los mandos más bajos y cercanos al obrero con las ordenes de la empresa. Bajeza y poca
catadura moral que se repite ahora. Eso es lo que tenemos a nuestro alrededor y, si no los
ubicas rápido, quizás seas tú uno de ellos o un acólito suyo ciego de fe en sus bondades.
Hoy he sido yo, y mañana será otro. Este es el mensaje que la empresa quiere que cale.
Despidos estratégicos que den razones a los miedosos para seguir siéndolo.
Entré a esta empresa con verdadera ilusión e incluso afán de superación, mas conforme fueron
pasando los años fui contemplando cosas que me dan AUTÉNTICA VERGÜENZA. El problema
que veo desde hace años y verdaderamente me da pena es escuchar hablar a compañeros que
se echan en cara decisiones que ni ellos mismos han tomado. Mientras pierden energía, otros
muchos viven tranquilos disfrutando de otro triunfo sin despeinarse e incluso jactándose de
cómo sus “súbditos” se despedazan entre ellos por ser algún día el elegido.
Poco a poco están usando tácticas como la del desgaste en donde finalmente la gente por la
propia inercia acaba asumiendo todo lo que les mandan aun cuando piensen que son los
dueños de su propio destino. ¡Despertad!
Desde que me sentí señalado por parte de mi supervisión y coordinadores siempre he sido
claro: no voy a hacer nada que no me toque hacer. Estoy cansado de que la gente colabore y
ejerza dos puestos, estoy cansado de la hipocresía, el colegueo barato donde solo buscan
chupar algo, como buitres la carroña. Estoy cansado de que la gente hable y hable y nadie se
plante y diga “¡hasta aquí!”. A veces cierro los ojos y parece que estoy en el patio del recreo,
escucho la portería, la gente hablar y al fondo escucho un grupo de matones que siempre
querían gobernar sobre el resto (da la sensación que ni contento te quieren, como si les jodiera
verte feliz). Nunca olvidaré como un día el más débil se plantó y detrás de él 13 compañeros
más defendiendo las mismas causas. Aquel día fue un claro ejemplo de que el matón tiene
poder hasta que se lo arrebatas.
Desde hace tiempo muchas personas relacionadas con la empresa me han atosigado en mi
teléfono personal y en múltiples ocasiones he tenido que recordar personalmente a RR. HH y
mediante mi sindicato que yo tengo un horario de trabajo y no tengo que estar hablando ni
recibiendo mensajes de ningún superior del trabajo. De igual modo con el correo. No entendí
muy bien el cabreo de algunas personas cuando hice tal cosa, pero al poco tiempo sí lo hice

Si todos con este simple gesto renunciáramos a que nos hablasen y mandaran mensajes,
¿realmente cancelarían o pondrían con tan poco tiempo los turnos adicionales o los paros
técnicos, dejándonos sin vida familiar/social?
En mi humilde opinión está claro que no les gusta la gente que defiende sus derechos y lucha
por conservarlos o lograr nuevos. A veces he de decir que me he llegado a sentir dolido cuando
compañeros Obreros me recomendaban estar sumiso para no cabrear al AMO. Me alegraré
muchísimo el día que la gente abra los ojos y deje de malgastar energía culpando o criticando
al de al lado porque aquí existe un tejido que adoctrina e impone sus normas del juego aunque
creáis que los dados los tiráis vosotr@s.
No siempre se tiene que estar enseñando las uñas, pero está claro que lo que han hecho
conmigo no tiene perdón. Volverán ahora las charlas y habladurías recordando “mirar lo que le
pasó a Miguel”, ¿queréis ser el siguiente? NI UN@ MÁS. Hablad y organizaros, esto no va
de un sindicato o de otro, esto va de nosotr@s mism@s compañer@s.

Desde CGT no podemos estar más de acuerdo con el compañero Miguel. Esta empresa hace
mucho que dejó de ser “la gran familia” si es que algún día alguien se creyó ese eslogan barato
y cínico como pocos. Vamos a estar al lado del compañero en todo y más. Coordinaremos
acciones a nivel estatal en todo el grupo para que estos desalmados entiendan el daño que
hacen y se lo piensen dos veces la próxima vez. Pedimos a todos los compañer@s,
especialmente a los jóvenes, que mediten si merece la pena vivir de rodillas y con miedo por
tan pocas habichuelas en el plato a final de mes, sin tiempo para poder conciliar sujetos a su
plena voluntad y crisis ya bien conocidas y esperadas.
La dignidad, compañerismo y apoyo mutuo no se compran a no ser que
estemos dispuestos a venderlas.
¡BASTA YA DE REPRESIÓN. MIGUEL READMISIÓN!