Decepción y rabia (ante la Mesa Técnica del jueves 20)
Ayer jueves 20 de agosto se celebró una Mesa Técnica con la Administración. El orden del día incluía hablar sobre medidas de prevención de riesgos, el inicio del curso escolar y lo que la Administración ha dado en llamar «Plan de refuerzo de llamamientos».
No vamos a entrar en detalles puesto que el martes tenemos Mesa Sectorial y veremos cómo termina esto, pero lo que sí podemos contar son los sentimientos que nos abordaron a lo largo de la Mesa Técnica: decepción y rabia.
Decepción
Mucha decepción. Porque vemos que no se avanza en las cuestiones que CGT considera básicas. No se avanza en la determinación de las medidas de protección que consideramos adecuadas. No se avanza en medidas que permitan volver a la presencialidad en condiciones de cierta seguridad tanto para el conjunto docente como para el resto de la comunidad educativa como la dotación de equipos de protección o el refuerzo de los equipos docentes con personal no docente (personal de limpieza, personal auxiliar de Educación Especial o personal técnico superior de Infantil). No se avanzan en medidas que minoren (ni siquiera minimicen y ni mucho menos eliminen) la probabilidad de brotes o transmisión comunitaria como la reducción de ratios en las aulas.
Rabia
Mucha rabia. Porque vemos que la condición de las personas sensibles sigue sin tenerse en cuenta para protegerles. Porque vemos que, tras varios meses, al final prisas, el tiempo encima y todo para ayer y pagaremos los de siempre. Porque vemos que se escudan detrás de la complejidad de la situación (cierta, por otro lado) para no asumir de salida responsabilidades y dar carta de naturaleza al aparente desastre de inicio de curso que se nos viene encima. Porque al final los y las trabajadoras con situaciones realmente problemáticas tendrán que terminar renunciando a derechos cogiéndose excedencias o permisos no retribuidos para salvarse a si mismo y a sus seres queridos de la situación a la que les expondrá la Administración (nuestro querido «empresario»). Porque todo esto ocurre por el salvaje déficit en prevención de riesgos laborales por parte de nuestro «empresario». Que tras 25 años de vigencia de la Ley de Prevención, ni evaluaciones de riesgos, ni prevención, ni formación ni nada. Rabia porque en cualquier empresa muchas de estas cosas estarían resueltas, pero con la Administración vale todo porque nadie es responsable. Rabia porque seremos nosotros (docentes, alumnado y familias) y no ellos los que iremos a los centros en un entorno para nada seguro. Rabia porque no paran de decir que la situación es compleja y difícil, como si no fueran o pudieran ser responsables de la situación.
Pero lo son, vaya si lo son.