Auxiliares de Educación Especial: ahora en primera línea contra el COVID-19

La actual crisis epidemiológica está exigiendo un importante esfuerzo y sacrificio por parte de numerosos trabajadores y trabajadoras. Como sector más visible, el del personal sanitario en todos sus niveles que está luchando en primera línea contra la enfermedad. Pero la actual crisis sanitaria ha revelado la importancia clave de los trabajadores y trabajadoras de otros sectores: del sector agrario (agricultores y jornaleros), del transporte y la logística, los servicios de limpieza, seguridad o energía, etc… Y también la de las Auxiliares de Educación Especial.

Las Auxiliares de Educación Especial constituyen un colectivo que habitualmente desarrolla su trabajo en los Centros de Educación Especial, atendiendo a la población infantil más vulnerable. Una labor dura y exigente, realizada bajo unas condiciones laborales muy precarias: las Auxiliares de Educación Especial soportan tasas de interinidad que llegan al 80%, sufren la opacidad en los llamamientos (todavía hoy se hacen por teléfono), desarrollan tareas indefinidas que llevan a situaciones de estrés y ansiedad, sufren una generalizada ausencia de evaluación de riesgos laborales en sus puestos de trabajo, y en muchas ocasiones, no reciben ni siquiera la ropa apropiada para desempeñar su actividad. Para colmo, el personal interino se encuentra en una situación de vulnerabilidad en el periodo vacacional.

Desde la semana pasada, y al calor del Real Decreto Ley 1/2020 del 25 de marzo, las Auxiliares de Educación Especial están siendo llamadas para realizar funciones de auxiliar de geriatría en residencias de ancianos, aunque no deje de sorprender que, según el citado decreto, sea “designado con carácter preferente el personal temporal». De hecho, el colectivo de Auxiliares de Educación Especial está contribuyendo a los cuidados de ancianos contagiados con coronavirus en el Centro sociosanitario Los Maizales de Casetas.

Desde CGT-Enseñanza queremos poner en valor este esfuerzo realizado por el colectivo de Auxiliares de Educación Especial y, al mismo tiempo, señalar que desde el sindicato velaremos porque el encomiable trabajo de estas profesionales se desarrolle con todas las garantías de seguridad laboral.

Y del mismo modo, lucharemos para que en un futuro se mejoren sus actuales condiciones laborales. Se lo merecen. Esta sería, desde nuestro punto de vista, la respuesta que se espera de una sociedad y una Administración que, más allá de la solidaridad de balcón, debería comprometerse y velar por las condiciones laborales de aquellas que -como antes con los niños y niñas más vulnerables- ahora están respondiendo generosamente a las necesidades de cuidados de nuestros mayores.

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