1º mayo de 2023 en Zaragoza, Huesca y Teruel.
El sindicalismo de clase y organizaciones afines nos manifestamos de nuevo este 1º de Mayo, día internacional de la clase obrera. Una fecha que señala los logros, avances y conquistas que nuestra clase ha logrado conquistar con uñas y dientes en todos los rincones del planeta. Hoy recordamos con orgullo y rabia a los mártires de Chicago y todas las sindicalistas que participaron en las huelgas que conquistaron la reducción de la jornada laboral a horas. Hoy recordamos que la unidad de clase es la solución a nuestros problemas como trabajadoras y trabajadores
El año pasado salimos a las calles de forma unitaria señalando los límites de la reforma laboral aprobada y denunciando al gobierno y a los llamados «agentes sociales», que no son más que la burocracia sindical fiel y servil a la patronal. El Pacto de Rentas es un ejemplo claro de traición a la clase obrera por su parte. Pretenden con éste inculcarnos un deber de sacrificio económico para salvar la economía, firmando convenios por debajo del IPC, entre otras cosas. ¡Que la crisis la paguen los ricos!
Un año más tarde, podemos afirmar que para lo único que ha servido esta reforma es para hacer creer a la gente que un gobierno «progresista» puede acabar con la precariedad que tanto necesita el capitalismo para sostenerse. Seguimos siendo punteros en temporalidad, cada vez más familias entran en el umbral de la pobreza, la represión sindical sigue en auge y la inestabilidad e incertidumbre que nos transmite el trabajo asalariado afecta considerablemente a nuestra salud mental.
Esta inestabilidad es en gran parte debida a la entrada de las subcontratas y Empresas de Trabajo Temporal (ETT) en el Estado español en los 90 y supusieron una condena a nuestras condiciones laborales. Con la excusa de que «cobras más por ETT», nos engañan mientras te quitan el derecho a las vacaciones, a enfermar y ni hablar con la persona delegada sindical porque mañana no te renuevan. Y gracias la reforma laboral están camuflando esta situación de precariedad laboral mediante los contratos de Fijo Discontinuo en ETT, que estadísticamente figuran como contratos fijos, pero en la práctica es la misma situación de indefensión y jornalerismo que sufríamos antes de la reforma.
No nos olvidemos de la flexibilidad empresarial. Apuntalada por las ETTS y las diversas reformas laborales que han permitido que el despido sea cada vez más barato, este concepto es muy jugoso para las empresas. Ahora la patronal puede modificar a su gusto según sus necesidades el número de personas trabajadoras y sus jornadas laborales, como si pudiéramos dejar de comer o de pagar el alquiler cuando la patronal quiera. Esta última reforma laboral sigue en la misma línea, reforzando los contratos «indefinidos» de fijos discontinuos para camuflar estadísticamente la temporalidad, en otras palabras, pretenden apagar el fuego con gasolina.
¡¡¡MENOS ETTS Y MÁS TRABAJO FIJO!!!
Seguimos con la pescadilla que se muerde la cola. Si tienes contrato temporal, ¿cómo te van a aceptar un alquiler o, mucho menos, una hipoteca que ni siquiera te puedes permitir? El gobierno ofrece ayudas irrisorias que, lejos de solucionar el problema de vivienda, funcionan como un lavado de cara que casualmente coincide con el periodo de elecciones.
Otro lavado de cara espectacular es la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Es evidentemente insuficiente para vivir, y, a su vez, están permitiendo una inflación en todos los bienes básicos que supone un acto terrorista a nuestra calidad de vida. Las grandes empresas engordan sus bolsillos a costa de condenarnos a la miseria, y el gobierno es su cómplice sin escrúpulos. Te quitan más de lo que te dan
¡¡¡NO NOS VAN A TIMAR!!!
Este año también ponemos la mira en la reciente reforma de las pensiones. El gobierno sigue en su misma línea, vender como avances unos pequeños parches en materia de pensiones mientras se blindan los anteriores recortes, como la edad de jubilación a los 67 años. El 60% de las pensiones están por debajo de los 1.000€ y mayoritariamente son mujeres quienes las perciben. Exigimos que las pensiones mínimas contributivas y no contributivas sean igual al salario mínimo, o sea, 1080€ y un NO rotundo a los PPE. La sanidad sigue la misma estela, camino hacia una privatización mayor impulsada por el gobierno y, a su vez, queriendo protagonizar movilizaciones contra la misma por oportunismo electoralista.
Estos ataques a los servicios públicos y la inflación del precio de los bienes básicos responden a unos claros intereses imperialistas: financiar las guerras de la OTAN y su reparto del mundo. Exigimos la inmediata salida de la OTAN y la desvinculación total de sus políticas terroristas. Denunciamos además el reciente apoyo incondicional al rey genocida de Marruecos por parte de este gobierno tan progresista que condena al asesinato y al olvido al valiente pueblo saharaui.
¡¡Menos presupuestos militares y más servicios sociales!!
No debemos olvidar que el gobierno NO es un neutro intermediario entre empresas y la clase obrera, independientemente del color que toque. No es más que un mero ejecutor de las necesidades de la patronal, y actúa reprimiendo a toda aquella ideología que las cuestiona, con herramientas como la famosa Ley Mordaza, que dota todavía de más poder represivo a las fuerzas de seguridad del Estado atentando contra nuestra libertad de expresión.
Sin embargo, lo poco que nos queda no nos lo arrebatan, gracias a aquellas secciones de sindicatos alternativos en cada empresa que están en pie de lucha, día y noche por nuestros derechos, siempre frente a CCOO, UGT y la patronal. íQue viva la lucha de los bomberos y bomberas forestales, ambulancias, industrias cárnicas, Balay, CAF, Inditex, Stellantis, Avanza y muchas otras.
¡¡Arriba todas esas luchas en frente abierto contra la vulneración de nuestros derechos laborales!!
La clase obrera, somos el motor de la historia, tenemos raíces luchadoras. Un buen ejemplo es el que ha dado nuestra clase en Francia. La reforma de las pensiones ha sido la gota que ha colmado el vaso y se ha salido masivamente a la calle a rechazar los recortes y la política de las elites europeas, acompañado de una dosis de huelgas y paralización del país.
El momento apremia y el camino es la lucha en la calle y en los centros de trabajo. Los problemas no se solucionan delegando en representantes políticos y sindicales, sino participando y fortaleciendo las organizaciones de clase.
