El TSJA da la razón a las familias monomarentales tras la denuncia de CGT
Madres Valientes
Esta la historia de una victoria, pequeña o grande según desde qué punto se mire. Una victoria que se enmarca en el ámbito de la maternidad y los cuidados que como CGT, y cómo mujeres en la lucha sindical, tenemos que contar con fuerza. Una historia que comienza con dos compañeras madres, que con el apoyo de su sindicato deciden luchar judicialmente por un derecho que empujará un futuro mejor para otras muchas que vendrán.
La Federación Aragonesa de Sindicatos de Enseñanza aprueba tras pasar por sus asambleas apoyar económicamente la reclamación de dos compañeras docentes, a las que se les ha denegado la ampliación del permiso de maternidad siendo progenitoras en solitario. Ellas, como tantas otras, solo podían estar con sus bebés el tiempo de permiso correspondiente a la madre.
En la actualidad, tras el Decreto Ley 6/2019, de 1 de marzo, «de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación», los hijos e hijas de familias biparentales cuentan con la posibilidad de solicitar un permiso de cuidados de hasta 16 semanas para cada progenitor, siendo las primeras 6 obligatorias tras el parto. Sin embargo, esta ley no contempla la particularidad de las familias monoparentales, y sus bebés se ven discriminados en su derecho al mismo tiempo de cuidados y protección. El hecho de que esta ley no contemple esta particularidad, ni garantice los mismos permisos de cuidados para dichos menores, supone primar un modelo de familia, el tradicional, alejado de la realidad social en la que vivimos.
Según datos del INE (2020) el número de familias monoparentales sigue en aumento y ya roza los dos millones, exactamente 1,94 millones. De los cuales el 81,3 % están encabezadas por mujeres (1,58 millones). ¿Por qué está realidad no ha sido tenida en cuenta? Si habláramos de familias numerosas (tres hijos/hijas o más), en comparación son solo 0,75 millones, y sin embargo, disponen de reglamento desde 1963 y sí han sido tradicionalmente consideradas a nivel institucional, legislativo y presupuestario.
El caso de las familias monoparentales supone social e institucionalmente un tema tabú, que implica no cuestionar tradiciones, no reconocer otros modelos de familia y no asumir cambios sociales que producen desigualdad legal. Es imprescindible una ley de familias monoparentales propia que responda a sus peculiaridades de género, empleo, vivienda y conciliación.
Tras emitirse la sentencia favorable el pasado 27 de octubre, nos llegaron con sorpresa las declaraciones del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, que reconocía que el trato de las familias monoparentales en la legislación sobre permisos comportaba “problemas de equidad”, que debían ser abordados. En CGT somos conscientes de que el gobierno ya sabía que esa discriminación estaba ahí y que se ha abierto a abordarla a raíz de que muchas madres valientes hayan abierto una lucha judicial que estamos ganando.
Nuestra demanda judicial se ha establecido bajo dos premisas básicas: la primera, el interés de las y los menores que deberían tener derecho al mismo tiempo de cuidados, independientemente del tipo de familia a la que pertenecen. Y la segunda, la discriminación indirecta por razón de sexo que sufren estas mujeres, puesto que la gran mayoría de familias monoparentales están formadas por mujeres.
En CGT nos sentimos orgullosas de apoyar a estas madres valientes que han inclinado la balanza en los tribunales para conseguirlo. Ha sido necesario ganar por vía judicial este derecho para que en las instituciones se plantee una solución. Ahora esperamos hechos, cambios legislativos y presupuestarios que se hagan efectivos lo antes posibles, y mientras, nuestro lugar será la lucha sindical y judicial.
Esta la historia de una victoria, que como CGT, y como mujeres en la lucha sindical, tenemos que contar con fuerza.
Federación Aragonesa de Sindicatos de Enseñanza